Se trata de una actividad ilegal, y la sospecha es lo suficientemente seria como para que la Comisión Europa la haya tenido en cuenta. El pasado martes 1 de marzo, varias de estas editoriales recibieron la visita sorpresa de inspectores europeos, un paso previo a una investigación más profunda.
De confirmarse los hechos, las editoriales serían condenadas al pago de cuantiosas sumas de dinero en concepto de multa. De momento solo existe la sospecha y un comunicado del organismo europeo donde declara:
La Comisión tiene motivos para creer que las empresas en cuestión pueden haber vulnerado las reglas de la UE que prohíben los cárteles y otras prácticas comerciales restrictivas”.A falta de identificar a las editoriales y sus países (la Comisión no lo ha desvelado, lo que es su política habitual) reina el silencio al respecto entre las asociaciones que defienden los intereses de estas publicaciones.
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